Cuántas veces nos hemos visto al espejo y hemos dicho por acá salió una pequeña arruguita o la típica, empezare a echarme cremas para reducir el paso del tiempo, nuestro gran enemigo acecha cada vez mas rápido a nuestra preciosa piel, y aun recordamos con mucho anhelo los dulce 16 o mejor aun los añorados 20, y conste que quien escribe no llega a los 30 sin embargo ya he empezado con la paranoia de la crema de día, la de noche, la de párpados y sobre todo la de las benditas ojeras, que no se porque motivo hay en ellas cierta inclinación por el tono verde negruzco, y eso que duermo cerca de mis 8 - 9 horas diarias.
Cuando el tiempo invade parte de nuestra rutina diaria, es decir gran parte de nuestros pensamientos diarios, se hace un problema, porque el detalle no es que nuestro hombre o los demás hombres nos vean viejas, porque muy aparte de que de que aquellos caballeros nos halaguen o nos critiquen, las mas duras palabras las escucharemos siempre de otra mujer, las miradas mas crueles y los pensamientos de "como se ha envejecido tan rápido" son precisamente de las mismas integrantes de nuestro club de damas empeñadas por disimular la agonía de los días.
Confraternizarnos y decir que ahora se ve regio no usar tanto químico que lo ultimo es apoyar a la naturaleza, lo único que se es que mientras unos dicen eso yo me sigo poniendo vieja, mi piel necesita mas agua de la que consumía, necesita de cremas que no usaba, y lo peor tratamientos de leche. Si tan solo no nos fijáramos tanto en las otras mujeres seriamos mas felices de lo que ya somos.
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